





me gusta pensar que la distancia no es nuestra enemiga. a veces como quien cuenta ovejas, cuento fantasmas para poder dormir. pasan corriendo por el pasillo del horizonte sombras reconocibles, chinescos recuerdos. el mismo aire, la misma luz está posada ahora sobre la copa de tus árboles y los ojos que los miran son los ojos que se abrazaron en el instante eterno de un parpadeo. oh la fugacidad.
2 comentarios:
hermosos hijos, los has hecho bien, ire
gracias Ire... bueno, no les he hecho tanto bien como debería, pero soy el padre... quevaser...
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