poema

a natalia


la plaza san martín su
ajedrez
histórico
su bullicio de juego
la mañana próxima al medio
día
en que un taxi
con el techo más amarillo que
la placenta recién chorreada entre sus piernas
están patentes en la constelación de la noche
esta noche
de embarazada empatía
niña del primer natalicio
toda mi inconciencia fue poca para mecerte
no sabía que mis brazos podían hacer tanto
llevar una vida al sueño
al sueño de una vida llevar
los huesitos de la certeza
hasta el extremo mismo de su conformidad
ahora estoy por parir yo aunque sea tarde
la sangre viaja con la demora de un semáforo
con el alerta de un coro de hallazgos
y pérdidas
es en su arroyo humano que giran y naufragan
los pensamientos la conciencia
hija del amor y su significado
en la estela generacional de los ochenta
tu nombre se agitó en nuestra mano para
que una mariposa frágil como los años
nos diera un polen único una flor exacta
el brillo de tus ojos tu presencia