Ese muro
siempre me estremeció
Está un poco
mi espalda
Nuestros ojos
El sol de la
mañana
Lo que
imaginamos para la revolución
Y para la hora
del mate
Pero ahora
resulta que hay pajaritos
Pintados
Cuya canción
oímos tras el horizonte
Qué hermosa
esta pared que levantamos
No sólo con
nuestras palabras
De un lado lo
íntimo del gesto cotidiano
Del otro la
intemperie de los besos jóvenes
2 comentarios:
Tan tierno y tan profundo... Hay que ser abuelo para escribir así.
saludos Marga... gracias
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