Debajo de las
piedras, en el mismo
Lugar en el
que crecen bichos bolitas
Se esconden
corazones temerosos
Casi no laten
y prefieren la íntima
Humedad de la
tristeza
Son esas
mismas piedras las que
Ofician de
bancos de enamorados
O de niños
cargados de fantasías
O de aquellos
que esperan sin piedad
En ellas he
leído los mensajes
De cuyos
destinatarios el olvido
Es inminente,
nombres
Que supieron
latir en unos labios
Y ahora son mariposas
de colección
Duras, sin la
gracia del aire
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