Entrando
Hay kilómetros
De flores amarillas
El campo todo se ve feliz
En ese color de melancolía
Saliendo ocurre lo mismo
Puesto que éstas permanecen
En el recuerdo
Y también a manera de alfombra
Sobre la que sería imposible caminar
No me canso de mirar
Ese altruismo que le es propio
Al fuego que se quema
Al bosque encandilado por la luz
Abnegada
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