Del no venirnos
Estuvimos
Como del pasamano de un tren
Veloz
Igual que esos rieles
Brillan los ojos
Los de fierro pasado por la fragua
Y del mismito hierro de la lluvia
Alerces y pinos sin nieve
Delgados en la blanca extremidad final
Sin saber un pepino de la flora
Que alegra a las montañas
Allí tenemos que ir
Siempre pendiente la promesa
El viaje
Siempre latente abajo
Prendido del rodar
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