miércoles, 28 de octubre de 2015

El Crispín de mi padre





Mi padre decía que el Crispín era un pájaro raro
No solo cercado por su leyenda sino minado
Por su soledad
Lo decía creo él mismo como un pájaro
Un tipo perdido en el monte
Trepado a la sombra de una rama fatal
Desde entonces me acompaña un aura
Una luz teatral y bucólica
En la que peligra un hilo un pelo de mujer
Abandonado en su columpio
Confundido con las babas del diablo
Y las antiguas enredaderas del tiempo
Aquí, en la ciudad, entre el cemento
Jamás se oye el canto de uno
No obstante hay ciento de ventanas quejosas
Brillos silenciosos, farfullo de labio apretado
Hombres que laten con el corazón del pájaro
Raro siempre herido de muerte por su mito






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