Perdonadme, desiertos, por
no correr con una cuchara de agua – Wilslawa Szymborska
Perdón no pido por escupir tu
suelo
Tu sueño
Me he convertido en aquello que
no quiero
Un desierto sin sed una cuchara
No imitación de la mano
No cavidad del tiempo
Una cuchara de huesos disecados
No pido perdón a la piedra por
hundirla en el río
Ni al espejo por romper su
hielo de recuerdo
El río es infinitud de
estrellas
El cielo es más pequeño que el
mar
Todo aquello que nace del agua
es perdonado
Por su ropaje
Miro como por una hendija
Me pega una basura en el ojo
Perdón a la inmaculada
vanagloria por no acudir
A su servicio
Ni a la prudencia por no salvar su gloria
Suponiendo que hubiera un fondo
No hay perdón en el fondo
El fondo es una convención normada por la culpa
Hay una valla una tranquera y ni el viento
Pasa por ella
La palabra desierto me recuerda a los límites del poderío
A la campaña que repiten inexorablemente
Los imbuidos de la orden ceremonial
Solo sé que la muerte viene disfrazada de niña buena
Aunque todos sabemos la muerte no es buena
No es mala
Hace su trabajo ingenuo pagada por el silencio
Y secuestrada por la ausencia
Cómo haré para pedir perdón con esta boca cocida
Cocinada por hilos agujas fuegos de la saña
Perdón entonces, y gracias
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